¡Él me llamó!
Actualizado: 27 feb 2021
Si te has preguntado ¿qué es la fe? El catecismo de la Iglesia expone que la fe es saber y confiar con características específicas. Sin embargo, se puede resumir como la participación en el modo de ver a Jesús. ¿Por qué partimos de la fe?, porque ella es la fuente del discernimiento vocacional. A partir de ella nos damos cuenta que el Señor es quien nos llama «No me han elegido ustedes a mí; sino yo los he elegido a ustedes» (Jn 15, 16).
Cuando comprendemos que es Dios quien nos llama, quien como a sus discípulos miró a los ojos y los cautivó y que, sobre todo, los llamó por su nombre, al mismo tiempo reconocemos que el Señor también me llama a mí por mi nombre, me reconoce con mi propia historia. Dicen los discípulos que el Señor los miró fijamente y que fue su mirada la que los impulsó a seguirlo. Lo mismo pasa con nosotros: el Señor nos ve fijamente y nos llama para contribuir con una misión. Recuerda que el Señor mira el corazón, no las apariencias.
Pero esto no es todo, hay algo más sorprendente, ya que el Señor llamó a sus discípulos para algo en específico. Hoy Él te llama a ti para algo trascendente. Aquí está lo interesante, descubrir, ¿para qué me llama el Señor? Los discípulos se dejaron guiar y así fueron descubriendo su propia misión. El primer paso consiste en aceptar el llamado de amor y de ahí la profundización en la amistad con el Señor, para después saber cuál será la misión, ¿qué es lo que Jesús quiere de cada uno de nosotros?
Es por eso que el Señor nos invita a dejarnos encontrar por Él. Jesús busca una amistad con nosotros para que, desde ahí, nos guíe y nos haga vivir de otro modo, en la novedad. Por caminos mejores. Él es «el camino la verdad y la vida» (Jn 14,6) es decir, su amistad nos mueve a caminar en el descubrimiento de nuestra misión que nos llevará a la plenitud y al verdadero amor.
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