Un día en la vida de Jesús: el servicio

El Evangelio de este domingo nos presenta un día en la vida de Jesús, un día que está lleno de ejemplos de servicio, pues el ejemplo más grande de Jesús a lo largo de su vida ha sido la entrega a los demás, y no de cualquier manera, una entrega hecha por amor.

A cada persona nos toca servir de diferente forma, de acuerdo con los dones y circunstancias que Dios nos regala. A algunos como hijos y padres, a otros como médicos, maestros o profesionistas, etc.

Cada una de las sutiles lecciones de Jesús aplican a cualquier vida y son atemporales. Este domingo algunas de las lecciones sobre el servicio son:

El servicio empieza en casa. Vemos a Jesús ayudando en primer lugar a la suegra de Simón, su amigo. Tanto el servicio como la caridad empiezan con el prójimo, es decir con aquel que nos es próximo; en nuestra familia, en nuestra casa, en nuestro trabajo y en nuestra comunidad. La sabiduría popular tiene algo de esta enseñanza cuando escuchamos: “Candil de la calle y oscuridad de su casa”. Es más fácil servir fuera del hogar, porque el servicio reconocido alimenta también el ego humano y hace difícil el servicio constante a nuestros más cercanos, donde a veces los únicos que sabemos que servimos somos nosotros mismos. Lo que nos lleva al siguiente punto.

El servicio no es para presumir. El servicio es la herramienta del hombre en su paso por esta tierra, dignifica y justifica cuando se hace por las razones correctas. Aunque los motivos de un hombre que sirve pueden ser varios, la recompensa final se logra cuando enaltece el espíritu y no cuando alimenta la soberbia. Jesús no dejó que los demonios hablaran porque el reconocimiento jamás hablará más que la noble intención de un corazón. Entonces ¿cómo se logra servir correctamente? Jesús también nos comparte esto.

El servicio necesita de la oración. Jesús busca un lugar solitario para orar. A Jesús le toca predicar y a pesar de ser el Dios encarnado, busca siempre la comunicación con su Padre; quien le acompaña y le guía a cada paso. Para nosotros la oración significa un soplo de bondad en nuestros corazones y en nuestras intenciones al actuar. El servicio como tarea del hombre, cumple su propósito sólo cuando Dios nos concede intenciones rectas y dirige nuestros pasos.

Leo el Evangelio y medito: ¿Dónde me llama Dios a servir? ¿Sirvo a mi prójimo? ¿Me apoyo en la oración para servir con amor?