Un Dios espléndido

Nos encontramos con el primero de los siete signos, que son una parte fundamental de la obra de Juan. Este es bellísimo; lleno de detalles. Pararnos ante la escena de la Boda de Caná (cfr. Jn 2,1-11) es como entrar en la sala de un museo, en la que nos quedamos boquiabiertos ante todo lo que tenemos enfrente y, cuyos detalles, tenemos que mirar con detenimiento. 

Es impresionante que el autor del IV evangelio, haya puesto como principio en la vida de Jesús la asistencia a una fiesta. Jesús entra en el mundo para comunicar la alegría de un convite de bodas, para establecer un vínculo, viene al mundo para ser, como en Caná, “el alma de la fiesta”. ¿Vivo yo en clave festiva? ¿O tal vez ya me he perdido de la alegría de vivir?

Jesús compartía con los suyos todas las experiencias de la vida, lo vemos en bodas y funerales, en la sinagoga y cerca de los enfermos. Esa es la verdadera fiesta, la proximidad de Dios que se acerca a compartirlo todo, los gozos y las tristezas. ¿Me siento acompañado por Jesús en todos los momentos de mi vida? ¿Siento a Jesús festejando mi vida?

María siempre atenta, la imaginamos ayudando en el festejo, colaborando, la mujer del servicio, de la ayuda. Se entera de lo que falta y va al lugar indicado, va donde Jesús a presentarle la necesidad de los anfitriones. ¿Suelo ir al lugar indicado? ¿Sé buscar ayuda?

El milagro -que no vemos cuando sucede-, implica el esfuerzo cansado de todos, es preciso llenar hasta el borde las tinajas. Jesús pudo haber hecho el milagro desde cero, pero deja que cada uno tome su cubeta y colabore en el llenado de las tinajas, ¿me siento colaborador?, ¿asumo mi cubeta para llenar al borde la tinaja? Lo que nos toca es muy cansado y fatigoso, conseguir 600 litros de agua no es nada fácil, pero sin nuestra implicación no habría milagro. 

Jesús es derrochador, ofrece una gran cantidad de vino, ¡al menos 600 litros!, es espléndido, da de más, da para que sobre. ¿Cuáles son las acciones derrochadoras de Dios en mi vida?

Dialogo del Señor de todo esto y le pido su gracia…