Tu hermano ha vuelto a la vida
La ruta cuaresmal ya está avanzada. Nos ha llevado del desierto a la montaña de la transfiguración, incluso a contemplar una higuera; ahora nos coloca en la casa en la que se celebra un banquete sin igual, en la que un padre se goza porque ha encontrado a sus hijos.
Este relato nos invita a contemplar a sus tres personajes centrales:
a) un hijo pequeño que de pronto se cansa de estar en casa, se siente incomprendido por su padre y decide probar suerte fuera de la casa paterna. En un acto de egoísmo y aventura pide lo que no le ha costado y rompe relaciones, junta todas sus cosas y se va a un país lejano. Está claro que no quiere saber nada de su familia. Poco a poco comienza a quedarse sin nada y pasando por los oficios más penosos decide regresar a casa, no tanto porque ame a su padre sino porque allá, hasta los trabajadores tienen pan de sobra. En efecto, decide regresar por estrategia, por conveniencia. ¿Qué sentimientos suscita en mí este joven aventurero?, ¿qué me hace pensar?, ¿Por qué busco a Dios?
b) un padre que actúa como una madre: observa, espera, sale, corre, llora, festeja, abraza, contiene, viste, alimenta…, recibe a su hijo que viene después de haber probado el polvo y el dolor del fracaso. No humilla ni castiga, no pone penitencias, ni siquiera deja que se arrodille, antes lo abraza. Este padre ofrece como penitencia fiesta, ternero engordado, anillo, ropa de gala. Anhelaba el regreso de su hijo, cómo sería su mirada en la ventana ¿entristecido y esperanzado? ¿Qué me hace pensar esta actitud del padre?, ¿A qué me invita respecto de la imagen de Dios?
c) El hermano mayor, el que cumple las normas, el que sirve al padre, el que nunca ha desobedecido una sola de las normas, el cumplidor que no se siente amado porque hace siempre más, tampoco se siente hermano, por eso dice “ese hijo tuyo”, indignado y rígido no festeja el regreso de su hermano, quisiera ver un castigo ejemplar. Es el hijo amargado que no quiere entrar el gozo de su casa. Pero, también por él está el mismo padre, también por él sale y lo invita al gozo. ¿sé festejar el bien ajeno?, ¿celebro el éxito de los demás?
Contemplo esta imagen, reviso los sentimientos que suscita en mí y pido la gracia de Dios para vivir en consecuencia.
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