Reprender desde el corazón es amar
Actualizado: 27 feb 2021
Muchas veces uno se pregunta sobre el modo correcto en que se deben abordar los conflictos con los demás o las ofensas que otros nos hacen. Desde la óptica cristiana, el texto del evangelio de este domingo es muy esclarecedor. ¡Si uno se animara a ir con el que ofende para aclarar las cosas, cara a cara, podría librarse de muchos problemas y varios malentendidos! Pero se ha recibido una mala educación al respecto. Existe una gran mayoría que prefiere evitar el encuentro. Les es más cómodo dejarlo pasar. Se dan cuenta de que enfrentar es hacer sufrir, un poco, a quien se busca «reprender a solas». Incluso se teme el rechazo por una mala interpretación.
Jesús, por el contrario, dice que lo primero que hay que hacer es enfrentar. Claro, desde esa actitud de apertura, que busca el encuentro. Es decir, desde el amor. No desde el reclamo, ni la pelea, sino desde el afán de aclarar las cosas que hagan venir al diálogo y a la reconciliación. Esto implica soltar el miedo y el orgullo y no elegir primero el comentario a los otros (incluso hasta ocasionar un gran rumor a sus espaldas) en lugar de hablarlo con la persona indicada. El Señor no habla de que el amor a los demás pida comentar sus defectos a sus espaldas, que es lo que, lamentablemente, más se da ¡Gran tarea es esta la de saberse buscar y encontrar en el amor, después de una ofensa!
El Señor sabe que corregir a quien te ofende, a solas, pone a prueba la calidad de una amistad. Busca hacer un bien para quien está en el error (que algunas veces no se da cuenta) para que abra los ojos y comprenda el daño que se hace y que hace a los demás. Es una manera poco frecuente de demostrar el amor al hermano. Y es, al mismo tiempo, una manera de darle un mensaje: «cuando veas que yo también estoy en un error, me lo señales, con confianza, en amistad». Reprender a solas, de corazón, es otra manera de llegar a los demás; es una manera muy concreta de amar.
Lee nuevamente el evangelio Mt 18, 15-20, pregúntate: ¿Qué dice de ti? ¿Qué te sugiere la enseñanza concreta que da el Señor? Repasa tus situaciones de vida donde te has enmarañado en conflictos que no han llegado a una solución. En ello ¿has buscado el consejo del Señor? ¿A qué te invita Jesús hoy?
Gracias por tan valiosos concejos