Que nuestras familias sean reflejo de la Familia de Nazaret

Hoy celebramos la fiesta de la Sagrada Familia y el evangelio parece ofrecernos algunos rasgos que tenían en común, como familia, Jesús, María y José.

Acercándose al templo nos enseñan a confiar en el Señor. Son una familia que ponen a Dios en el centro de su vida, es el Señor el que los mueve. Son una familia sencilla, dan la ofrenda de un par de tórtolas, característica de las familias pobres, mostrándonos cuánto están abiertos a compartir lo que tienen y a vivir la caridad. Están abiertos a la maravilla de los planes de Dios y se alegran al escuchar las palabras del anciano Simeón y de la viuda Ana. Pero, al mismo tiempo, aceptan con reciedumbre el anuncio de la espada, del dolor y de la dificultad, que enfrentarían juntos, María y Jesús, durante la Pasión. E incluso ahí, en la situación más difícil descubren el lenguaje de la misericordia de Dios.

¿Qué nos sugiere el Señor con la historia de la familia de Nazaret? ¿Cómo percibimos a nuestra familia hoy? ¿Queremos que sea reflejo de la Sagrada Familia? Tal vez nuestra familia no sea la mejor y diste mucho de ese ideal. Muchas veces nos descubrimos como familia, heridos, rotos, distantes. Pero mirando a la familia de Nazaret uno puede encontrar ánimo, porque tampoco ellos llevaban un vida totalmente resuelta y cómoda. Leemos el evangelio y descubrimos que, como el niño, toda la familia de Nazaret iba creciendo y fortaleciéndose, se llenaba de sabiduría y la gracia de Dios estaba con ellos. Siguiendo ese camino, podemos pedir al Padre para que esta fiesta sea luz para nuestra familia, para que, incluso en la situación familiar más difícil, podamos descubrirla en el lenguaje de la misericordia de Dios.

María, José, Jesús: la Sagrada Familia de Nazaret que representa una respuesta a la voluntad del Padre: los tres miembros de esta familia se ayudan mutuamente a descubrir el plan de Dios. Rezaban, trabajaban, se comunicaban. Podemos meditar lo siguiente: ¿cómo nos comunicamos en familia? ¿Hay diálogo entre nosotros o nos desconectamos como esos chicos que en la mesa, cada uno con un teléfono celular, están chateando? ¿Asumimos con responsabilidad nuestro rol familiar? ¿Amamos a nuestra familia? ¿Nos sentimos integrados e identificados como familia? ¿Qué problemas vivo en familia? Habla de eso con la Sagrada Familia de Nazaret.