No tengan miedo

El miedo es un sentimiento de desconfianza que nos lleva a creer que sucederá algo negativo o amenazador. Experimentamos el miedo a nivel personal, familiar, profesional, económico, político, social, de seguridad, de salud... Y muy claramente, este tiempo que nos toca vivir está marcado profundamente por incertidumbres y riesgos concretos.

Ante estos miedos e incertidumbres Jesús nos dice a cada uno de nosotros: «¿Aún no tienen fe?». Nos quiere liberar precisamente del miedo. Jesús es nuestro compañero de travesía, está de nuestro lado. Hay momentos en los que no aguantamos las olas que dan contra nuestra barca, parece que nos hundimos... Pero la fe en Jesús parece que no está por encima de toda confianza, nunca nos empapa del todo; no nos llega hasta el último repliegue de la vida. Y, por eso, temblamos, dudamos y nos hundimos.

Por tanto, el «no tengan miedo» pertenece al mensaje esencial de Jesús. Es la perenne promesa que fue realidad aquel día para los discípulos en la barca, y quiere ser realidad para nosotros, nos hallemos en la situación que sea, en cualquiera de nuestras circunstancias. Tanto la Iglesia, como cada uno de nosotros, andamos seguros cuando fijamos la mirada en Jesús; pero cuando nos fijamos sólo en nosotros mismos, a la más ligera ventisca, temblamos. Solo tomados de la mano de Jesús podremos vencer todos nuestros miedos.

Medito de nuevo el evangelio y me pregunto: ¿Qué tanta fuerza tiene mi fe hoy? ¿Esta se tradece en confianza plena en el Señor? ¿Qué hago cuando las olas de las preocupaciones, problemas y angustias azotan contra mi vida? ¿Qué me dice el Señor?