top of page
Bartolomé de Jesús Antonio Sánchez

¿No ardía nuestro corazón mientras nos explicaba las Escrituras?



A lo largo del Nuevo Testamento Jesús se presenta como el Hijo de Dios, siempre acompañado por su Padre, y como el Maestro que acompaña al grupo formado por sus discípulos. Estos, siendo testigos de sus obras y sus enseñanzas, avanzan en su pausado proceso de conversión, de cambio de estilo de vida, de manera de pensar, de sentir y el modo de ver la realidad. Lo anterior queda  plasmado en el relato del acompañamiento de Jesús a los discípulos de Emaús (Lc24,13-35). Este pasaje revela el camino interno, espiritual, de aquellos dos discípulos y no sólo queda ahí, sino que puede ser un recorrido que se actualiza para cualquier hombre y mujer de toda época.


Emaús, más que un lugar geográfico, es la aldea universal, un ámbito teológico: denota el caminar desilusionado de muchos que viven sin orientación, de personas que están de vuelta cuando todavía no han hecho el camino de ida..., vemos que los dos discípulos vuelven a sus cosas ordinarias, a instalarse en lo precario –y qué riesgoso es instalarse-, a la rutina de cada día. Es una postura bastante generalizada hoy:alejarse de los problemas, darles la espalda, huir eludir la responsabilidad.


Jesús, camina con ellos

Nuestro Señor Jesús en persona se acercó y caminó con ellos (Lc 24,15). Es Jesús quien toma la iniciativa. Es él quien nos primerea. Y se acerca a ellos con respeto, con discreción. Hace camino con ellos. Se pone a su altura, vuelve hacer el movimiento de la kenósis. Acompasa su paso al de los discípulos. El Señor nos acoge tal como estamos, porque desea encender nuestro amor débil en la hoguera del suyo.


¿De qué platicaban mientras iban por el camino? Eres tú el único forastero…

El Señor comienza preguntando. No da respuestas instantáneas, siempre confronta para que sus oyentes tomen alguna postura respecto de lo preguntado. Se interesa por saber cuáles son sus inquietudes, sus frustraciones, sus anhelos, sus deseos profundos... Se interesa por lo que ocurre mientras se va de camino. Pero la pregunta invita a los discípulos a autoexplorarse, a profundizar y a verbalizar su situación para encontrar una mejor salida. Cristo pregunta, pero con hondura y espíritu humanizador; evita la ironía, el juicio, la agresividad pasiva, la falsa humildad o la ignorancia aparente y acoge con aceptación incondicional yde manera empática. Este momento es necesario, es iluminador. Ante las preguntas de Jesús, ellos se detuvieron a pensar y a replantearse lo sucedido. Jesús pregunta sobre la actualidad más palpitante. No vive en el pasado sino en el presente.


Lo reconocieron al partir el pan

Para ver y reconocer hay que tener ojos de fe y, sobre todo, querer ver. Hay gestos que identifican a las personas: partir, repartir, compartir... La eucaristía es la encrucijada donde se nos aparece el Resucitado. O lo reconocemos o pasa de largo. Porque lo definitivo es reconocerlo personalmente. Luego descubriremos las dimensiones de ese encuentro: banquete, sacrificio, fiesta... Reconocer al Señor en la eucaristía es dar crédito a su Palabra, asumir su muerte como propia, aceptar la resurrección como última fidelidad de parte de Dios y su eterna permanencia hasta que Él vuelva. Ya conocemos a Jesús, pero necesitamos reconocerlo. Y precisamente allí donde Él está (Palabra, eucaristía, pobres, comunidad, Iglesia, realidad, creación, sacramentos).


¿No ardía nuestro corazón mientras nos explicaba las Escrituras?

El encuentro profundo con el Señor hace más cálido el corazón humano. Jesús cuando se revela pretende crear amistad, seguimiento, se hace compañero y amigo, camina junto a nosotros cada día. Su intención es que surja un amor apasionado y recíproco para que en este misterio de comunión profunda se haga realidad ese reinado de Él en nuestras vidas.  

Me presento delante del Señor ¿Qué frase del texto llamó más mi atención? ¿A qué me invita el texto? Le pido al Señor que me regale la fe y su gracia para seguir caminado en pos de Él, para que se acompasen nuestros corazones en este nuevo camino de la cincuentena pascual donde Él se sigue haciendo el encontradizo. Que el señor siga reanimando nuestro caminar cristiano para regresar a nuestras vidas ordinarias con un corazón renovado.

41 visualizaciones0 comentarios

Entradas recientes

Ver todo

Comentarios


bottom of page