top of page
Foto del escritorFrancisco Ontiveros

¡Nada es imposible para Dios!


El evangelio que se nos ofrece para nuestra meditación -en este día-, nos cuenta un acontecimiento que tiene cuatro hechos: la Anunciación de Gabriel a María. Las dudas de María acerca de los pormenores del hecho. El recurso que utiliza en ángel sobre Isabel y, por último, el cántico de María (cfr. Lc 1, 26-38).


Dios, que va entrando en la historia lo hace con calma, “de puntillas”, (como dijo un teólogo), optando por los pobres y olvidados, mira a una anciana estéril que vive en las montañas de Judea, entra en la familia de Zacarías y les da la alegría de la fecundidad. Viene al encuentro de la jovencita María, y el ángel le anuncia que Dios la ha mirado con favor. Así mira Dios al género humano, ¡siempre mira a nuestro favor!, no en contra, no se detiene a enjuiciar lo malo, sino que mira con favor. ¿Me siento mirado con el favor de Dios?, el mensaje del ángel es un mensaje de alegría. No manda a María a tomar posturas serias y rígidas, sus primeras palabras son ¡Alégrate!, ¿siento la invitación de Dios a la alegría?


Lucas nos muestra la humanidad de María. Una humanidad como la nuestra, con dudas, temores, silencios e incomprensiones; ella se las expresa al ángel y éste le dice unas palabras que hoy nos llenan de confianza “Nada es imposible para Dios”. En este momento de mi historia, con mis luchas y victorias, con mis temores y alegrías. En el ocaso del Adviento, a mí se me dice “nada es imposible para Dios”, ¿qué me hacen pensar y sentir esas palabras?, ¿cómo llegan a mi vida en este momento las palabras del ángel Gabriel?

Agradezco este momento de oración y le pido a María me ayude a disponerme para recibir a Jesús.

34 visualizaciones0 comentarios

Entradas recientes

Ver todo

Comments


bottom of page