Meditar te calma los nervios

En estos tiempos de COVID 19 meditar puede salvarnos la vida. Efectivamente cuando meditamos automáticamente nos serenamos y baja nuestro estrés, empezamos a segregar hormonas como las endorfinas, opiáceos naturales y la oxitocina la hormona del amor. Se ha demostrado que meditar regularmente ayuda a controlar las actitudes de violencia.

Una de las leyendas más motivantes para meditar es la que se cuenta de Shambala el mítico lugar donde todo era felicidad. En el libro de Chogyam Trumpa Shambala el camino sagrado del guerrero, se dice que en un principio los hombres se dividieron en pacíficos y destructivos.

Shambala era un reino de una sociedad modelo, un lugar de paz y prosperidad, gobernado por sabios y compasivos dirigentes. Sus ciudadanos eran igualmente sabios y amables. Pero en tiempos de confusión, en el temor y la duda los cobardes unidos se levantaron persiguieron y lucharon contra la confianza de los esencialmente libres. Multitudes de guerreros se escondieron por temor en cuevas y mataron a sus hermanos y se comieron su carne. Y terminaron con terror mutuamente sus vidas. Y levantaron una gran hoguera de odio, remando constantemente por el río del placer. Se revolcaron en el lodo de la pereza y surgió una era de plagas y hambre.

Pero de aquellos que se dedicaron a la confianza fundamental, meditando, se fueron a las altas montañas y erigieron bellos castillos de cristal. Otros levantaron esbeltos palacios en lagos de bellas islas, otros fueron a las placenteras planicies y sembraron cebada, arroz y trigo. Pero nunca jamás se pelearon entre ellos. Por siempre amorosos y muy generosos y sin ambiciones, protegidos por su impermeabilidad, devotos de la paz mental y del Rey Imperial.

Si enseñas a meditar a los presos en una cárcel baja completamente su nivel de violencia. Y qué mejor que meditar en la Palabra de Dios.