Los anti hombres
Compartiré un ejemplo de los anti hombres con el fin de ayudarnos a descubrir la importancia de conocernos cada vez más y escuchar las invitaciones de Dios en nuestro diario caminar.
Pero primero les propongo el siguiente ejercicio: se presenta una imagen de una caja, bueno, en realidad son varias. Sus características las describen como frías, están cerradas con combinación, no se abren, no sienten, no comparten, etc. Y se les pregunta a algunas personas si quieren ser hombres o mujeres así, como esas cajas fuerte, con esas mismas características ofrecidas. Ahí se concede la oportunidad de que cada uno pueda confrontarse y expresar sus opiniones. Se termina describiendo las actitudes necesarias para amar a los demás mirando sus necesidades, y haciéndolo con un corazón compasivo y generoso, compartiendo y motivando a hacer lo mismo con quienes conocen y con los que lo necesitan.
Es muy rico este encuentro que es para pequeños pero que ayuda a mirar la realidad del ser humano en algunas etapas de la vida, donde siempre habrá que elegir con libertad responsable.
Somos seres humanos creados por amor y creados para amar, para ser felices en relación con Dios y con los demás; llamados a trascender participando de la vida divina; somos cuerpo y espíritu, tenemos valores, creencias, dones, talentos, ideas, pensamientos, sentimientos, sueños, metas, anhelos, deseos; contamos con libertad, con voluntad, con responsabilidad, inteligencia.
Todos tenemos, desde que nacemos hasta que morimos, necesidades fisiológicas, necesidades de seguridad, necesidades sociales o de afiliación, necesidades de estima y reconocimiento hasta las de autorrealización según la teoría motivacional del Psicólogo humanista Abraham Maslow a quien le interesaba aprender sobre qué le hacía feliz al ser humano.
Este modelo, que aborda la persona en su conjunto, contiene ámbitos o campos de desarrollo que van desde lo físico, psicológico, afectivo, espiritual, histórico, etc. Y que es muy importante tenerlo en cuenta para el sano desarrollo de nuestra vida desde los ámbitos más humanos hasta aquellos que tocan con lo trascendental o divino.
Todo lo anterior para destacar la importancia del «sujeto» en el Discernimiento… Ya que si no se cuenta con una estructura antropológica sólida, capaz y disponible «para buscar y hallar la voluntad de Dios», simplemente el discernimiento se queda truncado.
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