La profecía que se cumple
Actualizado: 27 feb 2021
Un padre dice a su hijo: «Nunca serás nadie, eres un irresponsable sin remedio». Esta es una profecía que se cumplirá a menos que se remedie.
Esta teoría llamada del «Efecto Pigmalión» siempre que se busca probarla resulta confirmada, tanto que se llama también la «Profecía que se cumple». Porque el mandato se queda grabado en la mente como un guión de una película. Los que tienen esta profecía terminan: enfermos, presos, drogados o suicidados. Pero hay remedios.
La explicación es que: si el mundo exterior tiene una expectativa negativa sobre mí, yo buscaré cumplirla para obtener su aprecio. El primer efecto es la baja autoestima, el siguiente es la depresión, el siguiente la derrota: «Está bien, si eso quieres de mí, te lo cumpliré».
El remedio preventivo será: jamás pensar ni decir nada negativo a alguien. Si queremos corregirlo hay que considerarlo, no algo sin remedio, sino una prueba a superar que lo hará crecer. Si descubrimos que tenemos ese «mandato negativo» como la maldición del hada madrina negativa de la Bella Durmiente del cuento, habrá que demostrar que está equivocada con acciones que contradigan esa sentencia. Lo primero que hace un buen terapeuta es demostrar mediante: su diálogo y sus gestos, o su forma de tratar, que la realidad hace falso al mandato.
La profecía era: «Te herirás con un huso y quedarás dormida hasta que aparezca el príncipe y te dé un beso. Pero no existirá tal príncipe. Ja, ja, ja». Pero estos príncipes sí existen, son quienes superan todos los obstáculos, suben a la torre, besan a la princesa y ella despierta de su sueño y de la maldición.
Estábamos condenados a morir eternamente, pero Nuestro Señor Jesucristo se encarnó y dio su vida para demostrar cuánto valemos para Él. ¡Y nos despertó!
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