La formación del hombre
“No hay cosa fuera del hombre que entrando en él lo pueda marchar; pero lo que sale del hombre, eso es lo que mancha al hombre”…
El hombre es parte de la creación, es decir que está formado de la tierra, es terreno y por lo mismo es perecedero, está vinculado a todo lo creado. Su fin es el polvo, porque su origen es el polvo. El barro, el polvo, nos habla de nuestra humildad esencial; la muerte nos lleva al polvo y el polvo a la humildad.
Pero el hombre es también carne, y por eso es débil, efímero. La carne pone de relieve nuestra debilidad y enfermedad. El poder y el esplendor de Dios se manifestó en Jesucristo que es Dios y hombre de barro. Dios se manifiesta en el hombre visible y terreno. En la Escritura Sagrada el término “carne” se aplica y refiere al hombre entero y a toda la humanidad.
Pero el hombre es también quien tiene la vida de Dios y por eso es sagrado; el soplo divino, el aliento de Dios es lo que da vida al hombre.
El hombre tiene alma, fuerza vital, Alma significa eso que hace al hombre un ser viviente con la vida de Dios y eso es lo que lo distingue de otros seres.
Y más aún, el hombre es espíritu, está movido por la fuerza divina; somos receptores del espíritu de Dios, es la fuerza de Dios en el hombre, lo que lo hace pensar, sentir y actuar bien. Podemos definir al hombre como un ser inspirado por Dios, que lleva dentro la inspiración creadora.
El hombre es pecado y por eso necesita a Dios. La biblia habla del hombre dañado, con una deficiencia fundamental, que se explica por una desobediencia, falta de reconocimiento, de aceptación, que termina en desarmonía e inautenticidad, incapaz por si mismo de autosuperarse. Todo el hombre necesita a Dios.
COMO NO SOMOS LO QUE DEBERÍAMOS DE SER, TAMBIÉN HACEMOS LO QUE NO DEBERÍAMOS HACER, Y POR ESO NECESITAMOS UNA TRANSFORMACIÓN COMPLETA.
En realidad el pecado puede entenderse como un desacuerdo con nosotros mismos.
El hombre se entiende con Dios. El hombre se entiende con Dios, el hombre es palabra. Aunque se expresa a sí mismo, es incapaz de expresarse plenamente y puede causar mal entendimiento porque su expresión puede tener muchos significados. Pero es Dios quien ha hablado primero al hombre y por eso éste puede hablarle de tú a Dios.
Es necesario expresarse pero importante saber oír, para escuchar, entender y amar con todo el corazón como lo pide el primer y principal mandamiento. Cuando se ama a lo tonto en realidad no se ama; es necesario poner los medios para amar siempre, amar más, educarnos en el amor. La actitud principal de hombre inteligente es escuchar. No lo sabemos todo, todos estamos llamados a aprender, recibir de fuera una información y llevarla dentro como un tesoro. Uno de los derechos humanos es aprender sin cerrarnos a la vida o a la historia y principalmente a los demás porque entonces perdemos el derecho a aprender. LO ÚNICO ABSOLUTAMENTE CIERTO ES QUE NADIE TIENE TODA LA RAZÓN.
Comments