top of page
Foto del escritorAna Kelyna Siliceo Cuevas

Juan Bautista: una ruta de apertura a Dios



En el evangelio de hoy, el evangelista Lucas, nos remonta al momento preciso en el que Juan Bautista era buscado por las personas que le preguntaban «¿qué debemos hacer?» Por un lado nos refuerza el propósito de Juan Bautista en la historia de la salvación: aquel que llegó a preparar el camino de Jesús, el que abrió camino para la salvación, aquel que llama a enderezar las sendas, que anuncia la venida del Señor y la plenitud de los tiempos. Por otro lado, nos muestra la duda del caminante, del que busca acercarse a Jesús y en la práctica, no sabe cómo. A todos aquellos que recorriendo este camino, nos toca jugar diferentes roles en la sociedad, también se nos pide reconocer en nuestro momento y lugar específico qué debemos hacer. Y es que el requerimiento de la redención no es el mismo para los soldados que para los publicanos, mientras que a los primeros se les pide no extorsionar, no denunciar falsamente y contentarse con su salario, para los segundos en cambio se trata de no cobrar más de lo establecido.


Si vemos la figura de Juan Bautista en la escritura podemos darnos cuenta que se nos presenta como un hombre recto, congruente, claro y valiente. Un hombre dedicado a Dios que vive de acuerdo con lo que se le pide, desde el cuidado de su cuerpo, el alimento de su espíritu y la sencillez en lo material. Un hombre que además tiene la claridad absoluta para reconocer su lugar, y atribuirle la gloria a Aquel que vendría tras él. Así podemos entender que las personas lo busquen para pedir su consejo.


Como peregrinos en la tierra Jesús nos da la oportunidad de ser, a veces Juan, para algunos de nuestros hermanos y a veces caminantes en necesidad de un guía. Prepararnos para servir y ser servidos también juega un papel fundamental en nuestras vidas, vivir en gracia nos prepara para servir y ser prójimo para aquellos que están en nuestro camino; y con la humildad que implica seguir a Jesús hasta el final tomando consejos de quienes se han puesto a nuestro alrededor, nos aseguramos de no torcer nuestra senda.


En este periodo de adviento demos gracias a Dios por las personas que ha puesto en nuestro camino como «Juanes» por todos aquellos que alguna vez nos dieron un buen consejo, algún regaño oportuno, una verdad que nos hizo abrir los ojos o un acto de amor que nos hizo reconocer a Jesús en otro ser humano. Pidamos de la misma forma, la gracia de ser un buen «Juan» para quien lo necesite, para hablar con firmeza desde la caridad a quien ha perdido el camino. Para aceptar con humildad el consejo y la corrección. Pero sobretodo pidamos la gracia de entregar a Dios cada uno de los pasos de nuestro caminar. A ti ¿qué te dice este texto? ¿A qué te invita? Medita tu respuesta y ponla en las manos de Dios.

41 visualizaciones0 comentarios

Entradas recientes

Ver todo

Comments


bottom of page