Imaginación y grandes metas

Así como la imaginación nos podría llevar a la cárcel, también nos puede ayudar a lograr nuestras mayores metas.

En un caso atendido por un psicólogo encontramos que un joven soñaba con hacer viajes por todo el mundo. Y se imaginaba recorriendo Europa o Asia. Debido a su trabajo, tenía que pasar diario por una agencia de viajes y se paraba en el ventanal y admiraba las fotografías de Egipto. Así lo hacía hasta que un día se imaginó que tenía todo el dinero necesario para ir ahí, hasta se imaginaba que compraba el boleto, abordaba el avión y llegaba a Egipto y se veía admirando las pirámides. Esto lo hacía diariamente. Un día le encargaron cobrar una fuerte suma de dinero y cuando regresaba ya con el dinero pasó por la agencia de viajes y sin poder resistirlo se fue directo al mostrador y pidió un boleto a Egipto mostrando el dinero. Pero la encargada sospechó de inmediato y el joven fue aprehendido. Cuando se le preguntó por qué lo había hecho, no supo qué contestar, y dijo que había estado imaginando desde hacía mucho tiempo que compraba el boleto y se iba a Egipto con todo detalle. Como de hecho no había gastado nada, pues el dinero no fue aceptado, simplemente fue amonestado por un psicólogo: «cuida mucho lo que imaginas porque si no controlas tu imaginación esto se convertirá en realidad sin que lo puedas detener».

Los grandes deportistas usan lo que se llama «ensayo psicomotor», por ejemplo, un clavadista se imagina cómo hará el salto perfecto. Incluso se imagina recibiendo las medallas. Con suficiente ensayo los atletas logran perfeccionar su desempeño.

Dios nos regaló la imaginación para facilitarnos alcanzar metas que no dañen. Por tanto, vigilemos no solo nuestros pensamientos, sino también nuestra imaginación. Un joven imaginó que recorría el mundo en bicicleta, y otras metas difíciles, pasando los años logró todos sus sueños. Por tanto, si gastas este don imaginando cosas dañinas, obtendrás mucho perjuicio para ti y para otros, se trata de saberlo usar para sacar lo mejor de ti y para el bien de los demás.