top of page
Foto del escritorPbro. Artemio

Explícame, Señor, tus parábolas.


Estamos en el corazón del discurso de las parábolas de Jesús. Siempre ha llamado la atención que el Maestro haya ocupado este método de enseñanza para comunicarnos los misterios del Reino de los Cielos. El cardenal Martini había explicado un poco esta idea. Él decía que había una estrecha relación y proporción entre la creación, la historia y el misterio del Reino, es decir, que él veía una unidad entre el designio creativo de Dios y el designio redentivo. Entonces, es posible reflexionar sobre el crecimiento de la palabra de Dios, comparándolo con el misterio de la semilla y su crecimiento.


Esto evita una lectura literal (evangelismo), ya que la voluntad de Dios y su misterio trasciende toda realidad humana y le da plenitud. Leer la vida solo desde este plano superficial nos lleva a mirarla desde una pobre perspectiva, incompleta. Cuando Jesús se atreve a decir cómo es el Reino de Dios, es porque Él lo sabe y lo conoce, y por ello usa de la sabiduría creacional para contárnoslo.


Aquí me detengo un poco y considero: ¿Había imaginado esta relación tan estrecha entre «la creación» que ahora me rodea, «mi historia» tan personal y tan íntima y «el misterio del Reino» reservado para mí? ¿Me considero como parte de un plan y designio amoroso de Dios? ¿Qué se despierta en mí cuando descubro que todo lo que vivo y me rodea es de ayuda y que lo fundamenta una gracia operante para mi propia realización? ¿Qué le dice todo esto a la creencia de estar aquí sin ningún propósito o haber llegado a este mundo «por error»?


Cuando Jesús se detiene a explicar a sus discípulos ciertas parábolas nos abre una posibilidad: hacernos también discípulos nosotros para que nos explique a solas las parábolas que se desarrollan en nuestra vida y que no entendemos. Es decir, propiciar momento a solas con Él para orar la vida y discernirla delante de Él, desde su horizonte divino que a su vez hunde sus raíces en lo más inquietante de lo humano que vivimos. En este punto pienso si ¿alguna vez he orado mi vida delante del Señor, que no se reduce a una queja expresada, sino a exponer mi realidad delante del Señor y después callar para que el Señor me dé luz sobre mi propio andar? ¿A qué me siento invitado? ¿Me convence que el Maestro tiene más luz sobre mi propia vida? ¿Me animaría a comprobarlo?


De este modo podemos aproximarnos a una explicación de las parábolas que hoy nos enseña el Señor. Con el trigo y la cizaña nos hace caer en cuenta de que hay un poder hostil en este mundo que está esperando atacar todo propósito bueno que viene de la semilla de Dios, por tanto, no podemos permanecer ingenuos; nos previene de la dificultad que hay para distinguir entre lo que viene de Dios y su semilla y lo que no, aquí el cardenal Nouwen comenta que siempre será una tentación «tratar con la oscuridad como si fuese luz, y con la luz como si fuese oscuridad»; también nos enseña a no pr


ecipitarnos en nuestros juicios, ni hacia otros, ni a nosotros mismos; y que vendrá un juicio final, cuyo único juez de misericordia es el Señor, el único capaz de distinguir perfectamente entre el bien y el mal, el que mira con amor la totalidad de la persona y su vida. Esta parábola ¿qué dice de mí y de mi discernimiento? ¿Qué elementos nuevos aporta a «mi criterio de vida»? ¿me dejo mover por la sabiduría del Reino?


Finalmente, con dos parábolas, la de la semilla de mostaza


y la levadura que fermenta la masa, el Señor expresa que toda obra de bien comienza de modo humilde y sencillo, frente a la idea de este mundo que busca espectaculares, «likes» e «influencers». Todo comienza en privado, en lo secreto, dentro de uno mismo. Nos insiste la parábola que para cambiar a una civilización, todo debe comenzar en una persona. Toda reforma comienza en/por una persona. ¿Qué me sugiere esto? ¿Me animaría a decirle al Señor: «sí, hágase en mí»? ¿Qué lo detendría? Habla de esto con el Señor y deja que Él te explique, como amigo, sus parábolas.


74 visualizaciones0 comentarios

Entradas recientes

Ver todo

Comments


bottom of page