top of page
Foto del escritorPbro. Manuel B. Solís Echeverría, S.J.

El tiempo en la oración

Actualizado: 27 feb 2021



1. El tiempo de Dios es eterno, no tiene principio ni fin. La oración nos introduce en el tiempo eterno de Dios. El amor en la oración nos hace participar del misterio glorioso del amor de Dios. El amor permanece en el silencio de Dios. El tiempo de oración es tiempo de amor, tiempo para Dios.


2. La oración mantiene el ritmo de nuestra vida. Como las olas van y vienen a la orilla del mar, así sentimos la presencia y ausencia de Dios en nuestra oración. El tiempo de oración nos hace conscientes de que Dios está ahí presente, aunque no lo veamos, aunque no lo sintamos.


3. Al amanecer y al atardecer hemos de mantener ese ritmo. La oración de la mañana es un tiempo de alabanza por el nuevo día. La oración de alabanza es una ofrenda, una acción de gracias por el día. Al amanecer en oración despertamos a la nueva creación de Dios, donde somos hombres nuevos, que viven desde el amor. Al atardecer descansamos en Dios, su Espíritu vela en nosotros, el amor se mantiene en los que se han unido al Amor. Cristo es amor. Orar al amanecer y al atardecer es amar.


4. Para aquellos que viven la vida contemplativa de la Iglesia. La oración viene marcada por diversos tiempos: maitines (de 2h a 2,30h de la mañana, rompiendo la noche y volviendo a dormir, o de 4,30h a 5h de la mañana, cuando se continúa la labor del día), laúdes (entre las 6h y las 9h de la mañana), hora tercia (entre las 9h y las 12h de la mañana), hora sexta (entre las 12h y las 13h de la tarde), hora nona (a las 3h de la tarde), vísperas (entre las 6h y las 9h de la tarde o noche), completas (a partir de las 9h de la noche).


5. Todo cristiano ha de respetar al menos los dos tiempos, a la mañana y a la tarde, como tiempos sagrados, tiempos para estar con Dios.


6. Hay otros tiempos que podemos llamar: tiempos de sequedad y tiempos de plenitud. Los tiempos de sequedad, son tiempos de aridez, de desierto, de noche oscura donde se siente la ausencia de Dios, el silencio de Dios. Los tiempos de plenitud son tiempos de gozo y gracia, Dios derrama sus bendiciones espirituales, como puede ser un amor generoso, una entrega sin medida, una alegría interior constante, etc...


7. Existen también tiempos espontáneos de oración. Son los tiempos o momentos donde la oración brota de pronto, motivada por algún acontecimiento de la vida. Un sufrimiento grande origina una oración que surge desde la angustia o desesperación. Una alegría por algo bueno que nos ha ocurrido hace de pronto suscitar una acción de gracias.


8. Ahora bien, cuando se pasa de los momentos de oración a la oración constante o de hacer oración a ser orantes, la vida se convierte en oración y la oración es la misma vida. El tiempo de nuestra vida ha llegado a ser tiempo santificado.


9. El auténtico orante no mide el tiempo en la oración, le gusta estar largo tiempo en silencio, en espera contemplativa, amando al Señor de su vida.


10. El orante que quiere alcanzar la cima de la contemplación y la mística, al menos ha de tener cada día una hora continua de oración contemplativa, un día al mes de desierto contemplativo y ocho días al año de ejercicio contemplativo. El tiempo contemplativo transforma y modela al ser humano en la imagen de Cristo, en el hombre nuevo.

236 visualizaciones0 comentarios

Entradas recientes

Ver todo

Commenti


bottom of page