El mandamiento más grande es “Amarás”.
Una vez más, como desde hace varias semanas, el evangelio se coloca entre la tensión y hostilidad por parte de los grupos de poder que se sienten incómodos con Jesús, con su estilo y su modo de proceder. Este Jesús, con sus palabras, con sus acciones, con su persona misma los descoloca, los incomoda, y la única manera que tienen a su alcance -como muchos de nosotros-, es ponerlo a prueba.
Ahora vienen ante Jesús con una pregunta importante, ¿cuál es el mandamiento mayor de la ley? Con esto querían probar su ciencia, su discernimiento, su habilidad, su capacidad lógica. Lo ponen en un aprieto porque en cuestión de segundos Jesús debe descartar entre los más de 600 preceptos cuál es el más importante, tiene que analizar y dividir entre los de primera división y los de segunda. Esta, como todas las trampas que le ponen a Jesús, es bastante inteligente.
Jesús no se enreda en la astucia, no cae en la trampa de los razonamientos lógicos, perfectos y grandilocuentes. Les contesta desde su experiencia, desde el corazón. Lo más importante es amar. Ahí está la clave, con eso es suficiente, el mandamiento es amar, e indica a quién y cómo. Con su respuesta lo dice todo. No deja espacio a las dudas.
El primer destinatario del amor es Dios, a quien se ha de amar sin reservas ni cálculos, siempre, con todo el corazón, con toda la mente, con todas las fuerzas. Esto es,con los sentimientos y pensamientos, con lo noble y hostil, con las energías creativas que cada uno tiene, pero también con la sombra que siempre nos acompaña. Amarlo con todo, al extremo (cosa nada fácil, es un don y una conquista). Y, en orden de procedencia, este amor de inmediato coloca en perspectiva. Quien ama a Dios se mira a sí y mira a los demás. Es preciso amar al otro como a uno mismo (cosa nada simple tampoco, se trata de amarse en serio y amar al otro de verdad).
¿Qué despierta en mí ver a los fariseos incómodos, molestos, reacios?, ¿qué me hace pensar y sentir Jesús con esa valentía, hablando de un amor sin límites?, ¿cómo están mis relaciones con Dios, conmigo, con los otros?
Dialogo con el Señor de todo esto.
Comments