EL JUICIO FINAL ES UN ENCUENTRO AMOROSO QUE DIOS TIENE CON EL HOMBRE

Litúrgicamente nos encontramos situados en la recta final del ciclo “C”, durante este ciclo se nos presenta la persona de Jesús bajo la mirada del evangelista San Lucas. Bíblicamente este domingo se nos propone reflexionar el pasaje de Lc 21, 5-19 conocido como discurso escatológico (sobre las realidades últimas), dentro de este discurso destacan dos tópicos: el fin del mundo y la segunda venida de Cristo.

El fin del mundo

Muchos vendrán con sensacionalismos predicando que ya está cerca el fin del mundo anunciando: cataclismos, alineación de los planetas, creación de agujeros negros, destrucción del planeta tierra por medio de un cometa, etc. Pero no les hagan caso porque solamente Dios sabe cuándo y cómo tendrá lugar ese acontecimiento; por el momento ocupémonos en amar, en caminar por el sendero de Jesucristo, no nos dejemos engañar por quienes se autonombran mesías porque sólo ofrecen engaños y propician confusión entre los hombres; más bien dejémonos conducir por la Verdad, que está anunciada en la Palabra del Señor.

Recordemos las palabras de Benedicto XVI «Ciertamente, no queremos que venga ahora el fin del mundo. Pero, por otra parte, queremos que acabe este mundo injusto. También nosotros queremos que el mundo cambie profundamente, que comience la civilización del amor, que llegue un mundo de justicia y de paz, sin violencia, sin hambre. Queremos todo esto. Pero ¿cómo podría suceder esto sin la presencia de Cristo? Sin la presencia de Cristo nunca llegará un mundo realmente justo y renovado. Y, aunque sea de otra manera, totalmente y en profundidad, podemos y debemos decir también nosotros, con gran urgencia y en las circunstancias de nuestro tiempo: ¡Ven, Señor! Ven a tu modo, del modo que tú sabes.»

La segunda venida de Cristo

Rezamos cada ocho días en nuestro credo “…y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos y su reino no tendrá fin…”

Las palabras de Michael Schmaus nos ayudarán a quitarnos las distorsionadas ideas que pululan en torno al juicio final «El juicio no es un proceso dramático en el sentido humano. Las descripciones del tribunal ante la que el alma es presentada, de la balanza en que pesan las obras buenas y malas, del libro en que todo está apuntado y que Dios abre para juzgarnos, son metáforas y símbolos del misterio del juicio. El juicio es, en definitiva, un misterio impenetrable, porque en él es el mismo Dios quien sale al encuentro amoroso del hombre»

Por último, El papa Francisco nos alienta con estas palabras «la verdad de la revelación cristiana sobre la segunda venida de Cristo recuerda al hombre que se encontrará con Cristo, y con Él encontrará la Verdad y el Amor.

Me pongo delante de la presencia del Señor y como un hijo pide a un padre le solicito: discernimiento, para no dejarme engañar por los falsos profetas; paciencia, para entrar en una espera activa de la instauración de su Reino; y fe, para adherirme al Dios de la vida y no apartar mi mirada y mis oídos de su Palabra.

Bartolomé de Jesús Antonio Sánchez