El Camino de la Transfiguración
- Pbro. Isrrael Matías Herrera
- 18 mar
- 3 Min. de lectura
Inicio: En este tiempo de cuaresma, camino a la Pascua, busco un lugar tranquilo para estar con Dios donde no haya muchos distractores.

Petición: Pido la gracia de orar y disponer mi mente, mi cuerpo y mi corazón al encuentro con el Señor: «El corazón me dice que te busque y buscándote estoy» (Sal 26).
Disposición: Me ayudo haciendo una o dos respiraciones profundas…. Para luego dejar que la Palabra de Dios repose en el silencio de mi corazón. También le pido al Señor que me deje acompañarlo junto con sus amigos a vivir la experiencia de la Transfiguración. Leo el texto del evangelio de san Lucas:
Del santo Evangelio según San Lucas (Lc 9, 28-36)
A. Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, Jesús se hizo acompañar de Pedro, Santiago y Juan, y subió a un monte para hacer oración. Mientras oraba, su rostro cambió de aspecto y sus vestiduras se hicieron blancas y relampagueantes. De pronto aparecieron conversando con Él dos personajes, rodeados de esplendor: eran Moisés y Elías. Y hablaban del éxodo que Jesús debía realizar en Jerusalén.
Pedro y sus compañeros estaban rendidos de sueño; pero, despertándose, vieron la gloria de Jesús y de los que estaban con ÉL. Cuando estos se retiraban, Pedro le dijo a Jesús: “Maestro, sería bueno que nos quedáramos aquí y que hiciéramos tres tiendas: una para ti, una para Moisés y otra para Elías”, sin saber lo que decía.
No había terminado de hablar, cuando se formó una nube que los cubrió; y ellos, al verse envueltos por la nube, se llenaron de miedo. De la nube salió una voz que decía: “Este es mi Hijo, mi escogido; escúchenlo”. Cuando cesó la voz, se quedó Jesús solo.
Los discípulos guardaron silencio y por entonces no dijeron a nadie nada de lo que habían visto. Palabra del Señor.
A. Gloria a ti, Señor Jesús
Hago mía las siguientes invitaciones: orar, confiar, escuchar, caminar.
1. Orar. Jesús, el Hijo de Dios, vivió en una continua oración. Hoy también invita a sus discípulos a ir al monte (lugar de encuentro con Dios) a orar: «subió a un monte para hacer oración» (Lc 9, 28). ¿Qué lugar ocupa la oración en mi vida? ¿Tengo deseo de Dios? Señor, dame siempre deseo de Ti.
2. Confiar. En la misma oración, pero sobretodo en la vida, a veces llega el temor, la enfermedad, las preocupaciones. A los discípulos también les pasó: «ellos, al verse envueltos por la nube, se llenaron de miedo» (Lc 9, 34). ¿Qué me da temor hoy? Que los miedos y las preocupaciones nunca ocupen el primer lugar en mi vida, puesto que estoy con el Señor. Jesús, enséñame siempre a confiar en Ti.
3. Escuchar. «Este es mi Hijo, mi escogido; escúchenlo» (Lc 9, 35). Escuchar a Diosimplica escucharme a mí sanamente y escuchar a los demás. Es un arte el saber escuchar. Y en estos tiempos, con tantos ruidos y distracciones, se hace más difícil. Señor, enséñame a escuchar. Enséname a escuchar lo que vivo interiormente. Enséñame a escuchar lo que quieres para mí, para mi vida. Enséñame a escuchar a mi hermano, a quien va conmigo de camino, a mi amigo, a mi familia, a las personas que acompaño… Dame la calidez para aprender a escuchar.
4. Caminar. Jesús bajó de la montaña a la vida cotidiana, incluso tomó la decisión de padecer la Cruz por amor y las cruces de cada día. Señor, ayúdame, después de vivir estos momentos, a volver a mi vida, a mi vida cotidiana, con más ánimo, con más entusiasmo, con más entrega… caminar día a día, con la confianza, la seguridad de que estás conmigo. Señor, camina siempre conmigo.
Gloria al Padre, y al Hijo y, al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Comentarios