¿A qué me invita María hoy?

Hoy celebramos a la Inmaculada Concepción, un dogma mariano que nos habla que la Virgen María fue libre de pecado desde el momento en que fue concebida. Nos recuerda que la Madre del Salvador, es llena de gracia, vive la plenitud de comunión con Dios y en ella no puede encontrarse ninguna mancha.

¿Qué podemos reflexionar a partir de esta solemnidad? ¿Cómo impacta en nuestra actualidad? La pureza de María nos invita a no seguir los esquemas de este mundo, a esforzarnos en mirar lo que en verdad importa: estar con el Señor, ser todos de Él. La Inmaculada Concepción es signo de contradicción en una sociedad que seduce con los placeres pasajeros, que se rige por la ley de lo más fácil y nos invita a romper la comunión con Dios.

María nació sin el pecado original, pero se esforzó en su vida por no caer en la tentación y permanecer pura, siendo dócil a la gracia de Dios. El Señor la preservó inmaculada durante su paso en esta tierra y ahora en el Cielo intercediendo por su Iglesia. En ella no encontramos malas intenciones, no descubrimos egoísmo y actos que hieren, en María descubrimos paz, amor, misericordia, libertad y donación.

Hoy miremos a María, a la Reina del Cielo y pidámosle su favor para que nos de un corazón limpio, un corazón dispuesto para recibir a su hijo y dejarse conducir por Él. Preguntémonos, ¿cómo está mi corazón? ¿Qué pasiones están desordenadas en mí? ¿Me he acercado a pedir perdón a Dios en la confesión? ¿A qué me invita María hoy?